miércoles, 10 de febrero de 2010

- Días y días-

Hay días en los que parece que nada puede perturbarme.
La rutina se sucede minuto a minuto y yo me interno en ella sin mucho preámbulo, sin cuestionamientos ni discusiones.
Simplemente me dejo llevar desde el momento en el que el despertador anuncia que las horas de sueño son parte del pasado remoto, una vez más...
Es en esos días donde concentrarme en todo lo positivo de mi realidad no me cuesta y sonrío como una tonta recordando la noche de anoche, la charla de aquella tarde o algún almuerzo en mi lugar favorito.
El atarme a las pequeñas cosas siempre fue mi salvavidas en los momentos donde el caos reinante me oprime el pecho y el respirar se vuelve una tarea casi maratónica.
Pero en días como hoy... nada es suficiente… No hay beso que me calme, palabras que me motiven, bombones que me alegren, abrazos que reconforten ni sonrisas que se contagien.
Hoy, pareciera que el mundo complotó en mi contra desde el momento en el que cruce esa puerta que divide la belleza del exterior de la monotonía eterna de este pedacito de tierra donde me toca pasar la mayor parte de mis horas.
Hoy me encuentro contando los segundos que faltan para volver a salir y poder correr sin rumbo determinado el tiempo que sea suficiente para exorcizar de mi cuerpo toda esta energía negativa que me va consumiendo de a poco.
Probablemente todo sea producto del cansancio, de los cambios de soles, de las cancelaciones sin previo aviso de lo que se supone que sería mi momento de paz y de la insolencia del resto de la gente que me recuerda con sus acciones, que se puede llevar una vida mucho más tranquila.
Es solo cuestión de proponérselo… o no?

-DP-

PD: Espero poder continuar con la historia...

1 comments:

MALAS PERSONAS dijo...

pienso que no es cosa de proponerselo nada mas sino tambien tener la conviccion de querer hacerlo

te invito a denunciar a las malas personas en mi blog

salu2